Snakes and Sharks |
Viajábamos, un grupo de amigos, por el Estado de México, cuando súbitamente se prendió la luz roja del indicador del aceite del coche. |
‘¿Qué pasó?’ preguntamos todos. ‘Se acabó el aceite’ respondió Crisitina. ‘A bajarse todos’ dijo ‘vamos a buscar algún lugar donde nos vendan un poco de aceite’. Estábamos en medio de la nada, así que tuvimos que empezar a buscar alguna casa donde, por lo menos, nos pudieran dar alguna información. |
Llegamos a una pequeña choza. ¡Buenas...! – saludamos buscando que alguien nos respondiera. ¡Buenas! nos contestó un señor como de unos 60 años. ‘¡Señor, fíjese que nos quedamos sin aceite. No tendrá usted un poco que nos venda?’ – le preguntamos. ‘No, no tengo’ dijo el señor, 'pero ahora le digo a mi nieto que vaya por una botella al pueblo. Mientras, pasen a sentarse. Hace mucho calor’. Muy agradecidos, decidimos pasar. |
Ya dentro de la casa, nos invitó a sentarnos e inmediatamente llamaron nuestra atención dos pieles de víbora que estaban colgadas de las vigas. Le preguntamos al señor si por ahí había muchas serpientes, a lo que contestó que sí, que había tantas como tiburones hay, y para nuestra sorpresa, empezó a contarnos la siguiente historia: |
‘Por aquí hay muchas serpientes. Mis abuelos y los abuelos de mis abuelos decían que las serpientes, cuando se van haciendo viejas, empiezan a emigrar a las cuevas de las montañas, y que cuando llegan ahí, se esperan a que les salgan plumas; poco a poco, les van saliendo alas. Cuando ya tienen sus alas, emprenden el vuelo y se van volando hasta que llegan al mar. Una vez que están sobrevolando el mar, se dejan caer, y caer, y al entrar en el agua, se convierten en tiburones. Por eso hay tiburones como hay serpientes’. |
¡Qué historia! Jamás había yo escuchado nada igual. Poco tiempo después, llegó el nieto del señor con el aceite. Le pagamos, y agradecidos profundamente, nos despedimos. |
Desde entonces trato de encontrar alguna relación entre esta historia y alguna otra leyenda. La única que se me ocurre es la leyenda de la ‘serpiente emplumada’: Quetzalcoatl, ¡pero no tengo la menor idea de cómo esto se liga al origen de los tiburones! Y ustedes, ¿qué opinan? |
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